miércoles, 31 de octubre de 2012

En las entrañas del periodismo

El aspecto juvenil del cronista Unai Aranzadi engaña. A sus espaldas, varios conflictos bélicos, golpes de estado, e injusticias en sus relaciones con los grandes medios de comunicación. Por delante, innumerables proyectos en favor de los derechos humanos. Y una sala de la Facultad de Comunicación de la UPV llena de alumnos dispuestos a escuchar la voz de la experiencia.

UGARTE SAIZ, Jon Eneko


En el Auditorio de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación de la UPV/EHU en Leioa, estaba todo preparado para escuchar a Unai Aranzadi, uno de los pocos periodistas verdaderamente independientes que  han dado estas tierras. O eso parecía. Primero, porque los micrófonos que tenían que dar voz al ponente y al público no funcionaban. Ningún problema. La voz de Unai, potente y grave, llegaba a todos los rincones de la abarrotada sala. Segundo, porque la frase con la que arrancó la conferencia fue: "yo no he acabado la carrera de periodismo". Ningún problema. Lo que relató a continuación desbarataba toda duda de su licencia para ejercer como tal, a años luz de muchos titulados.

Cuando aún cursaba sus estudios y contaba con tan solo veinte años, se plantó en Gaza con su cámara para conocer desde dentro lo que contaban los medios que, como dijo, "hablan de las guerras sin incidir en sus causas". Su trabajo allí llevó a un grupo como Prisa a requerirle para cubrir festivales de cine como Berlín, Cannes o San Sebastián. "No me gustaba esa comodidad, no me parecía periodismo de verdad". Dicho y hecho. Con algo más de experiencia, buscó apoyo en vano para poder contar lo que pasaba en Irak en 2003. Más preocupado por vivir de cerca lo que allí ocurría que por ser o no contratado, viajó hasta allí por sus propios medios, y fue entonces cuando El País se interesó en contratar sus servicios, lo que le abriría la puerta a realizar crónicas para la Cadena SER y Radio Euskadi. 

Aún así, dejó patente que no se conformaba con hacer un relato frío de los acontecimientos: "el buen periodismo es el que va más allá de contar la realidad, el que se preocupa por hacer un análisis crítico, crear un pensamiento, contextualizarlo... El periodismo aséptico no sirve de nada". Las preguntas de los asistentes se fueron sucediendo en torno a cómo se podía entonces trabajar en esta profesión con la autocensura que el mismo Aranzadi indicó que practicaban los medios. "Siendo fiel a tus principios, no acomodándote", contestó. Y tiene credenciales para poder decirlo. Decidió romper con los grandes medios para seguir su camino en solitario creando IndependentDocs, productora independiente a través de la que trabaja en diversos documentales sobre Derechos Humanos.

Honduras, Uganda, Congo... Son algunos de los sitios por los que continúa su periplo en favor de un periodismo arriesgado: "Este es un oficio de supervivientes". En la última parte de la conferencia, Aranzadi se apoyó en una sucesión de imágenes de sus viajes, que sirvió para poner la guinda a un discurso que trató de despertar la conciencia de los asistentes, para que no se conviertan en periodistas de laboratorio. "La política de los grandes medios de comunicación, solo está enfocada a vertebrar y mantener el perverso sistema de poder y sus intereses", concluyó, "no debemos permitirlo".




No hay comentarios:

Publicar un comentario